Días de Montería | El montero | Capítulo 4 -Parte 1

Cuatro lances, un puesto de traviesa y la emoción intacta

La montería no es solo una modalidad de caza: es un legado que se respira con cada ladrido de rehala y se renueva en cada lance. En Días de Montería #4 | El Montero Parte 1, Carlos Vignau nos lleva a Aldea del Cano (Cáceres) para vivir desde dentro una jornada cargada de historia familiar, emoción y eficacia cinegética. Un episodio que retrata la esencia de la caza colectiva en uno de los escenarios más bellos de la península.

Una finca con encanto y visibilidad privilegiada

La acción transcurre en una finca ondulada, cubierta de encinas, jaras y retamas, un ecosistema ideal para el desarrollo de monterías tradicionales. Carlos ocupa el puesto 6 en la traviesa de la charca, un cortafuego bien situado que permite un amplio campo de visión. La tensión se respira desde el primer momento, cuando los perros comienzan a romper monte y la actividad se despliega a su alrededor.

Desde este puesto estratégico, y con una actitud que combina respeto y concentración, Carlos vive cuatro lances intensos a lo largo de la jornada. Su participación contribuye a un balance sobresaliente: 34 venados (Cervus elaphus) y 25 jabalíes (Sus scrofa) abatidos entre todos los puestos, en una montería que brilla por su organización y ética cinegética.

Un rifle eficaz para un día exigente

El protagonista empuña el Browning A-Bolt 3+ Composite, una herramienta fiable para este tipo de caza, especialmente en puestos de cortadero o traviesa. Su acción rápida y precisa se combina con el visor Kite B6 1-6×24, que permite adaptarse a blancos cercanos o en movimiento, condiciones frecuentes en lances con escasa cobertura.

Carlos destaca la importancia de confiar en el equipo y de conocer sus límites. Cada disparo está medido, pensado y ejecutado con la serenidad de quien ha crecido entre monterías y ha heredado de su padre una forma de entender la caza basada en el esfuerzo, la paciencia y la responsabilidad.

Un testimonio de pasión y autenticidad

Más allá del número de capturas, este episodio deja claro que lo más valioso de la jornada es el vínculo con el monte y la herencia recibida. Carlos no habla solo de resultados, sino de vivencias, de los nervios previos al sorteo, del respeto entre puestos, de la emoción que se mantiene intacta pese a los años.

El Montero Parte 1 es una celebración de la montería tradicional, bien organizada, segura y compartida entre quienes entienden que cazar es mucho más que apretar un gatillo: es participar activamente en la gestión del medio natural y formar parte de una comunidad que ama y respeta el campo.

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