Un inglés en la mancha: Owen Beardsmore descubre la emoción de la montería española
En el quinto capítulo de la serie Wild Luis, la historia da un giro geográfico y cultural: tras los recechos británicos en tierras de ciervos y corzos, Luis de la Torriente invita a su amigo Owen Beardsmore, veterano cazador inglés, a vivir por primera vez una montería tradicional en España. El resultado es una jornada cargada de emoción, descubrimiento y respeto mutuo, donde el protagonista foráneo se sumerge de lleno en una de las modalidades más emblemáticas de la caza peninsular.
Una montería desde los ojos de quien nunca la ha vivido
El episodio comienza con la llegada de Owen a una finca típica del centro peninsular, rodeado de monteros, rehaleros y un ambiente de nervios contenidos antes de romper la mancha. Desde el sorteo de puestos hasta el estruendo de las primeras ladras, el inglés observa, aprende y se maravilla con cada paso del ritual montero. Es el contraste entre su experiencia con batidas británicas y la intensidad social y emocional de una montería española lo que da al capítulo un enfoque único.
Owen se enfrenta a los desafíos de esta modalidad: visibilidad limitada, tiros rápidos, animales que se cruzan fugaces entre jaras, y todo en un idioma y un entorno completamente nuevo para él. Pero la pasión por la caza es un lenguaje universal, y eso se nota en cada gesto compartido con Luis y el resto de los participantes.
Camaradería, tradición y una jornada para el recuerdo
Más allá de los tiros —que los hay, y buenos—, el episodio destaca por la camaradería entre cazadores, por la forma en que Owen se integra en el grupo y por cómo valora cada detalle de la experiencia: desde el trabajo de las realas hasta la formación del plantel. La narración, dinámica y cercana, transmite no solo la emoción de la caza, sino también el peso cultural y social que tiene la montería en España.
Las imágenes combinan planos de acción, detalles del campo, secuencias de convivencia y reacciones espontáneas del protagonista, que no oculta su admiración ante la intensidad del día vivido.
