Cazador de perdiz con reclamo

Andalucía blinda la caza de la perdiz con reclamo al declararla Bien de Interés Cultural

La perdiz con reclamo ya cuenta con el máximo reconocimiento cultural en Andalucía. El Consejo de Gobierno de la Junta ha aprobado su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Actividad de Interés Etnológico, una medida que supone blindar la modalidad frente a intentos de prohibición y que garantiza su protección como parte del patrimonio histórico andaluz.

La decisión llega tras un largo proceso administrativo iniciado en 2022 y responde a la demanda histórica del sector cinegético de contar con un reconocimiento oficial que proteja una modalidad que forma parte de la cultura popular andaluza. Se trata de una práctica que, más allá de su dimensión cinegética, encierra valores etnográficos, sociales y comunitarios que la hacen única.

Con esta catalogación, Andalucía se convierte en la primera comunidad autónoma que reconoce la perdiz con reclamo como Bien de Interés Cultural, lo que marca un precedente a nivel nacional y abre la puerta a que otras modalidades puedan aspirar a una protección similar en el futuro.

Un logro colectivo impulsado desde la caza

La declaración no habría sido posible sin el trabajo coordinado de distintas entidades e instituciones. La Federación Andaluza de Caza (FAC) impulsó el proyecto en 2022, contando desde el inicio con el apoyo de la Fundación Artemisan, que se ha convertido en un aliado clave en la defensa de la actividad cinegética en los últimos años.

El respaldo científico corrió a cargo del Departamento de Antropología de la Universidad de Sevilla, encargado de elaborar un informe técnico que recogiera los argumentos necesarios para sustentar la catalogación. Este estudio fue determinante para demostrar que la perdiz con reclamo cumplía con todos los requisitos legales y técnicos exigidos para ser reconocida como Bien de Interés Cultural.

A ello se sumó un amplio apoyo institucional. Más de 300 ayuntamientos y cinco diputaciones provinciales —Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva y Jaén— aprobaron mociones o se adhirieron formalmente a la iniciativa, lo que demuestra la dimensión social de la modalidad. La suma de voluntades convirtió la propuesta en un verdadero proyecto colectivo, respaldado tanto desde la base social de los cazadores como desde las instituciones locales y provinciales.

Una perdiz roja.
Una perdiz roja. © Shutterstock

Argumentos científicos y culturales sólidos

El informe de la Universidad de Sevilla, presentado en noviembre de 2023, fue la piedra angular del expediente. Dirigido por el investigador Santiago Montero Cruzada, se basó en un trabajo de campo de carácter cualitativo que incluyó entrevistas en profundidad a 47 reclamistas de toda Andalucía, observación directa en ferias, campeonatos y jornadas de caza, así como cuadernos de campo y fichas patrimoniales.

Entre los argumentos más relevantes que se recogieron destacan la oralidad y el vocabulario propio que utilizan los aficionados, el profundo conocimiento del medio natural y del territorio que requiere esta modalidad, y la visión cultural que los cuquilleros mantienen sobre el entorno y los animales. Todo ello conforma un acervo cultural que trasciende lo meramente cinegético para situarse en el ámbito del patrimonio etnológico.

El estudio también puso en valor aspectos vinculados con la artesanía, los oficios tradicionales y la gastronomía relacionados con la perdiz con reclamo. Estos elementos refuerzan la idea de que no se trata únicamente de una modalidad de caza, sino de una práctica social que involucra a comunidades enteras y que mantiene vivas tradiciones que forman parte de la identidad andaluza.

Blindaje frente a prohibiciones y ataques anticaza

Uno de los aspectos más destacados de esta declaración es que blinda jurídicamente la modalidad frente a los intentos de prohibición. Al estar reconocida como Bien de Interés Cultural, cualquier normativa que pueda afectar a la perdiz con reclamo deberá tener en cuenta su condición patrimonial, lo que la protege frente a campañas de colectivos anticaza que buscan limitar o erradicar prácticas tradicionales.

El propio hecho de que la Junta de Andalucía asuma su obligación de conservar y promover la modalidad es ya un respaldo institucional de primer nivel. A partir de ahora, no solo queda reconocida su legitimidad cultural, sino que además se establece un compromiso expreso de las administraciones públicas para garantizar su transmisión a las futuras generaciones.

Este blindaje es interpretado por el sector cinegético como una victoria que da estabilidad a la práctica y que supone un mensaje claro frente a la creciente presión de sectores contrarios a la caza. Para la Federación Andaluza de Caza, el logro demuestra que la unión entre cazadores, instituciones y comunidad científica puede dar resultados tangibles en defensa de la actividad.

Un hito que se celebrará con todos los aficionados

La FAC ya trabaja en la organización de un gran acto para celebrar este reconocimiento antes del inicio de la temporada de la perdiz con reclamo. El evento servirá para rendir homenaje a los miles de aficionados que han mantenido viva esta tradición y para subrayar la importancia de que ahora cuente con el respaldo oficial de la Junta de Andalucía.

«Este proyecto ha sido posible gracias a los cazadores federados, que con su afiliación han financiado la iniciativa, y gracias al apoyo de instituciones, ayuntamientos y diputaciones que han entendido que la caza forma parte de la identidad de Andalucía», explicó José María Mancheño, presidente de la FAC.

El dirigente subrayó además que la Junta ha cumplido el compromiso adquirido en el Pacto Andaluz por la Caza de 2022, en el que se recogía la necesidad de proteger y promover social y culturalmente la actividad cinegética. Con esta declaración, se da un paso decisivo en esa dirección y se sientan las bases para futuras iniciativas de reconocimiento patrimonial en torno a otras modalidades tradicionales.

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