Un cortadero explosivo: jabalíes, lances rápidos y emoción en Torneros
Una montería vibrante, con aroma de tradición y visión de futuro, en uno de los escenarios más exigentes del circuito Hornady. Así fue esta jornada en la finca Torneros, donde el calor de la amistad, los homenajes a los veteranos y la adrenalina de los lances convirtieron la batida en una de las más memorables de la temporada.
La tradición que une generaciones… y países
Desde temprano, se percibe un ambiente especial. No solo porque sea la quinta edición consecutiva en esta finca, gestionada durante todo el año con mimo y criterio, sino por la presencia de jóvenes cazadores y amigos venidos desde Estados Unidos, dispuestos a conocer y vivir en primera persona la montería española.
Los puestos se asignan tras el reparto de regalos. Se permite abatir jabalíes y venados sin cupo, y se pide eliminar todas las ciervas posibles, salvo las gatas. También hay muflones disponibles para quien lo desee. Se rinde un merecido homenaje a José Gil Delgado, ejemplo de los valores del montero clásico.
Los invitados norteamericanos reciben rifles Merkel Helix rectilíneos en calibre .30-06, con ópticas SixH y puntos rojos perfectos para tiros rápidos en cortaderos.
Acción sin tregua en puestos cerrados
El equipo se sitúa en la Traviesa del Enebro, una postura cerrada y técnica, donde el oído es casi más importante que la vista. El protagonista lo sabe: “Aquí todo se decide en segundos, y hay que estar atento desde el primer ladrido”.
- Primer lance: un muflón cae fulminado tras una ladra limpia, en un tiro a unos 60 metros.
- Poco después, se falla un cochino tapado por un árbol, en un lance frustrante por lo rápido de la acción.
- Más adelante, se produce un doble lance con éxito: se abate un jabalí y una cierva tras dos entradas casi consecutivas, aprovechando el punto rojo.
- Los perros rematan uno de los cochinos dentro del monte, tras una entrada fulgurante que pone a prueba los reflejos.
El arma empleada —un Merkel Next rectilíneo con punto rojo— demuestra su eficacia en estos escenarios: maniobrabilidad, rapidez de encare y potencia se combinan para dominar los momentos de máxima tensión.
Cierre entre amigos y con buen balance
La montería concluye con la satisfacción del deber cumplido. El ambiente en la junta final es distendido, se bromea, se entregan regalos y se celebran los lances entre risas. Para muchos, esta jornada ha sido su primera vez cazando en España, y se llevan una experiencia imborrable.
La finca Torneros vuelve a dejar su sello: lances cortos y veloces, exigencia técnica y, sobre todo, camaradería.