Un arranque de temporada marcado por el buen ambiente, los tiros y la dureza del monte
La Raña volvió a rugir. La temporada montera arranca con fuerza en Alamillo (Ciudad Real), donde el Club Deportivo Monteros de Pozoblanco organiza una de sus citas más esperadas. Con la cámara de Producciones Galeano como testigo, el vídeo nos sumerge en una montería clásica con todos los ingredientes: sorteo tenso, rehalas entregadas, puestos con historia y monte apretado que exige lo mejor de perros y cazadores.
A las 8:30, los monteros se reúnen para el tradicional desayuno campero, seguido del sorteo de armadas. Se recuerda que el cupo incluye venado, jabalí y cierva grande, evitando los errores con gabatas o corzos. El ambiente es distendido, pero con la tensión propia del inicio de temporada. Las armadas salen hacia el cazadero, con Miguel Ruiz cazando en un puesto estratégico desde el que se aprecia todo el trabajo de las rehalas.
Tiros, fallos y un doblete inesperado
Desde los primeros compases, el tiroteo deja claro que hay movimiento. Un vareto aparece cerca del puesto, y pronto se suman varios avistamientos de ciervas y cochinos. Los lances se suceden, y Miguel consigue abatir dos venados, uno de ellos rematando un tiro previo de otro montero. La emoción y el trabajo en equipo definen esta fase del día.
Un rato después, un jabalí entra al claro y es cazado limpiamente por el puesto del Sopié, mientras otros monteros fallan tiros en zonas complicadas. Se improvisa un almuerzo entre amigos, donde no falta la morcilla, mientras los comentarios sobre los lances y las carreras de los perros dan vida al intermedio.
Resultados y reflexión final de una montería por rodada
La jornada termina con sensaciones encontradas. El monte estaba cerrado, el calor apretaba y no hubo tantos cochinos como se esperaba en algunas manchas. Aun así, el balance fue positivo: 8 venados, 3 ciervas y 14 jabalíes. Algunos puestos se quedaron cortos, pero otros como el de Miguel brillaron con lances memorables. Se agradece especialmente el esfuerzo de las rehalas y el trabajo del equipo organizador.
El vídeo recoge también los momentos más entrañables del final de la jornada: anécdotas con los arrieros, el cobro de reses y la camaradería entre cazadores. Porque si algo refleja esta montería es que, más allá del resultado, lo que queda es la experiencia compartida en el campo.