Ibex Bukharan en Tayikistán

Pedro Ampuero regresa con una de esas aventuras que definen su estilo: exigente, remota y auténtica. En este documental grabado en las escarpadas montañas de Tayikistán, el cazador español se enfrenta al Bukharan ibex (Capra sibirica), una de las subespecies más impresionantes de íbice del continente asiático, en un entorno donde la dificultad no está solo en encontrar al animal… sino en llegar hasta él.

Alta montaña, frío extremo y un objetivo escurridizo

El escenario es tan bello como implacable: cumbres nevadas, laderas pedregosas y pasos inestables a más de 4.000 metros de altitud. En esta tierra inhóspita, el íbice se mueve con una agilidad inalcanzable para el ser humano, obligando al cazador a desplegar toda su paciencia, su forma física y su capacidad de lectura del terreno. El spot and stalk se convierte en una disciplina milimétrica, donde cada avance puede significar horas de esfuerzo para un solo intento de tiro.

Pedro, armado con un rifle de precisión preparado para disparos a larga distancia, muestra cómo el material es importante… pero lo esencial sigue siendo la decisión, la calma y el respeto por cada lance. Las imágenes lo acompañan en travesías durísimas, noches gélidas y amaneceres donde el reto va más allá de la caza: es una lucha por ganarle unos metros a la montaña.

Una caza que une culturas y conserva especies

Más allá del reto físico y técnico, el vídeo deja espacio para reflejar el papel de los guías locales tayikos, verdaderos conocedores de las rutas, los vientos y los patrones de movimiento del íbice. Pedro comparte con ellos caminos, fogatas y decisiones clave. Aunque no se subraya de forma explícita, la caza está enmarcada en programas de aprovechamiento sostenible, que revierten en conservación y desarrollo rural en zonas donde el íbice es un recurso vital.

El disparo que justifica el viaje

Tras varios días de esfuerzo sin descanso, el momento llega. La escena se resuelve con esa mezcla de adrenalina y solemnidad que sólo entienden los que han trabajado cada paso del rececho. El íbice cae tras un disparo impecable, con el telón de fondo de una de las montañas más duras del planeta.

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