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Un cazador posa con un corzo.

Así puedes transmitir los valores de la caza a través de tus fotos en redes sociales

La imagen que proyectamos en redes sociales es una parte cada vez más influyente de la percepción que otros tienen sobre la caza. Por eso, cualquier fotografía o vídeo que publiquemos debe ser evaluado no solo por lo que representa para nosotros, sino por cómo puede ser interpretado desde fuera. La reciente proliferación de contenidos desafortunados en plataformas digitales ha generado controversia dentro y fuera del sector, lo que ha llevado a distintas entidades a promover campañas de concienciación, como la iniciativa «Comparte la caza con responsabilidad».

La actividad cinegética no solo forma parte del patrimonio cultural y económico del medio rural, sino que tiene un papel clave en la conservación del territorio y en el control poblacional. Sin embargo, una imagen mal planteada puede distorsionar ese mensaje y alimentar discursos contrarios, especialmente cuando se difunden fotografías que no respetan al animal abatido o al entorno en el que se desarrolla la caza. Por eso, conviene recordar que las imágenes compartidas deben reflejar con claridad los valores de ética, respeto y responsabilidad que rigen nuestra actividad.

Retratar la caza con dignidad y conciencia

La pieza abatida debe mostrarse con la dignidad que merece cualquier ser vivo, independientemente de su trofeo o tamaño. Ocultar impactos visibles, sangre o posturas inapropiadas es una muestra de respeto. Si el animal ha quedado en una posición desfavorable, puede colocarse correctamente doblando las patas o utilizando ramas y piedras sin que estas interfieran en la imagen. Si aparece con la lengua fuera, debe recolocarse. Algunos cazadores, siguiendo la tradición centroeuropea, colocan una rama en su boca como símbolo del último bocado, gesto que aporta solemnidad a la escena.

Una cazadora con su corzo recién abatido. © Carlos Vignau

Es importante cuidar también el entorno: aprovechar la luz, evitar sombras innecesarias, elegir fondos naturales y evitar distracciones visuales como bebidas, cigarros o actitudes fuera de lugar. Si el cazador aparece en la imagen, debe hacerlo en una postura adecuada, sin exageraciones ni gestos que puedan interpretarse como triunfalistas. Sentarse junto a la pieza o simplemente observarla transmite mucho más que cualquier actitud forzada.

Qué se debe evitar… y qué conviene recordar

Algunas imágenes especialmente delicadas, como las que muestran juntas de carnes, deberían evitarse por completo, ya que suelen malinterpretarse y no reflejan lo que representa realmente la caza en nuestro país. Tampoco deben difundirse fotos donde menores de 14 años porten armas, como establece la normativa vigente. Además, en un momento en el que la imagen pública de la caza está bajo constante escrutinio, cada publicación en redes puede ser utilizada en nuestra contra si no se cuida el detalle.

Por eso es importante explorar otras formas de contar nuestras experiencias. Un primer plano de una cuerna, una pluma o la textura del pelaje puede ser más estético y evocador que una imagen explícita. Mostrar el entorno, la preparación de la jornada o incluso el descanso después de la cacería también forma parte del relato. El objetivo no es ocultar la caza, sino presentarla con la solemnidad y el contexto que merece.

Transmitir los valores de la caza requiere responsabilidad y coherencia. Las redes sociales son una herramienta poderosa para explicar su función, su historia y su contribución al medio rural. Pero solo lo serán si el contenido que difundimos refleja de forma clara lo que realmente significa para nosotros: una forma de vida ligada a la naturaleza, al respeto por el animal y al equilibrio del entorno.

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