Dos pollos de Perdiz roja.

Un estudio descubre que los pollos de perdiz roja mueren por la fertirrigación de la agricultura moderna

Un equipo del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) ha comprobado que la fertirrigación, una técnica habitual en agricultura intensiva, pone en peligro directo la supervivencia de los pollos de perdiz roja. El agua que beben durante los meses más secos, cargada de nitratos usados en cultivos, altera su fisiología, debilita su sistema inmunitario y los vuelve más torpes a la hora de huir de los depredadores.

El trabajo, dirigido por el investigador F. Mougeot y publicado en Environmental Science & Technology, expone con datos experimentales cómo el agua de riego utilizada en campos con fertirrigación —una mezcla de agua y fertilizantes aplicada directamente al cultivo— puede acabar provocando una mortalidad silenciosa en especies silvestres como la perdiz roja (Alectoris rufa), especialmente en su etapa juvenil.

Tubos de regadío usados para la fertirrigación en viñedo
Tubos de regadío usados para la fertirrigación en viñedo © F. Mougeot.

Un riesgo que llega cuando más aprieta la sed

Durante el verano, cuando escasean los charcos naturales y el agua libre en el campo, muchas aves acuden a los mismos puntos de agua usados para riego. Allí beben lo que encuentran, sin distinguir si lleva fertilizantes disueltos o no. En algunas zonas agrícolas de España se han detectado concentraciones de nitrato que superan los 1.000 mg/L, muy por encima de los límites seguros para la fauna silvestre. El estudio del IREC reprodujo una situación realista: durante casi un mes, se ofreció agua con distintas dosis de nitrato a grupos de pollos de perdiz criados en condiciones controladas.

Los resultados revelaron un patrón preocupante. Los pollos expuestos al agua fertilizada mostraban alteraciones fisiológicas relevantes: aumento de hematocrito, indicios de hipoxia, descenso del rendimiento del sistema inmunológico y, de forma llamativa, cambios en su comportamiento ante amenazas. Tardaban más en reaccionar ante la presencia de un depredador y, aunque huían más lejos, lo hacían tarde y con menor eficacia. También se volvieron menos propensos a inmovilizarse ante un zorro simulado, perdiendo una estrategia de camuflaje fundamental en su defensa.

Ensayo experimental de pollos de perdiz frente a un ataque simulado de rapaz.
Ensayo experimental de pollos de perdiz frente a un ataque simulado de rapaz. © F. Mougeot

Más vulnerables justo cuando más lo necesitan

La conclusión es clara: aunque el agua contaminada no causa una muerte directa, provoca efectos subletales que aumentan la vulnerabilidad de los pollos de perdiz roja frente a depredadores y enfermedades. Y esto ocurre precisamente en el momento más crítico de su desarrollo, cuando toda ventaja puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en el campo.

Los investigadores advierten que este fenómeno no es exclusivo de la perdiz. Cualquier ave silvestre que dependa de puntos de agua en entornos agrícolas intensivos podría estar sufriendo consecuencias similares. Por ello, recomiendan medidas de mitigación sencillas pero efectivas, como garantizar la presencia de puntos de agua limpia y libre de nitratos en el monte, sobre todo durante los meses más secos del año.

La fertirrigación no es inocua. Sus efectos invisibles pueden estar debilitando a nuestras especies más emblemáticas sin que apenas seamos conscientes. Este estudio abre la puerta a repensar su uso y compatibilizar la agricultura moderna con la conservación de la fauna silvestre que aún sobrevive en nuestros campos.

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