La Federación Andaluza de Caza (FAC) ha manifestado su desacuerdo con la inminente publicación de la Resolución de emergencia cinegética del jabalí y del cerdo asilvestrado para la temporada 2025/26, que prepara la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía. En opinión del organismo federado, el texto será «insuficiente e ineficaz» para contener la grave sobrepoblación que sufre la especie en toda la comunidad autónoma.
Así lo trasladó el pasado 27 de mayo durante la celebración del Comité Andaluz de Caza, en Sevilla, donde ya avanzó que los términos de la nueva resolución apenas variarán respecto a los de años anteriores. La Junta Directiva de la FAC volvió a insistir en su postura el viernes pasado, subrayando que los cazadores andaluces han demostrado un compromiso ejemplar durante más de un lustro, aplicando estas medidas con responsabilidad, pero que ha llegado el momento de un cambio de enfoque.
Según José María Mancheño, presidente de la Federación, «compartimos la necesidad de actuar y el espíritu de la emergencia, pero no la forma en la que se sigue gestionando, diez años después, un problema que lejos de resolverse, se agrava». La propuesta de la FAC es clara: dejar de considerar la emergencia como una herramienta aislada y empezar a canalizar el control de poblaciones a través de los propios planes técnicos de caza.
La solución está en manos de los cazadores
Esto permitiría, según argumentan, que las sociedades de cazadores cuenten con mayor autonomía, respaldo legal y flexibilidad para gestionar los acotados y aplicar medidas de control de forma más eficaz. La Federación insiste en que la normativa actual ha quedado obsoleta y que es imprescindible adaptarla a la realidad del campo andaluz y a la experiencia acumulada por los cazadores.
La publicación oficial de la nueva resolución se espera de forma inminente, sin grandes cambios respecto a temporadas anteriores, lo que ha generado malestar entre buena parte del colectivo cinegético. La FAC confía en que la Junta recapacite y dé el paso hacia una gestión más racional y participativa, donde los propios cazadores sean parte activa de la solución.