El arruí de Azahara

Un arruí en tierra de precipicios: rececho con el Sako 90 Adventure

Una caza dura, un rifle ligero, un gran trofeo. Así arranca esta jornada de rececho en la abrupta sierra alicantina cercana a Benidorm, donde el equipo de Jara y Sedal acompaña a Pedro Tudela y Azahara López en busca de un gran arruí (Ammotragus lervia) en su terreno más natural: los cortados, barrancos y visos imposibles donde este ungulado de origen africano se ha adaptado como rey absoluto.

Más de 30 arruís y un disparo decisivo

Pedro, guía con más de dos décadas de experiencia y presidente de la Asociación de Cazadores de Arruí, localiza un gran grupo de más de 30 ejemplares. Junto a él, Azahara —aprendiza aventajada, ya cazando sola con clientes tras apenas un año— se enfrenta al reto de disparar a un macho escondido entre la vegetación. Lo hace con un rifle Sako 90 Adventure en calibre .308 Winchester y munición de 180 grains, una combinación pensada para abatir animales que superan los 150 kilos.

Las condiciones son duras: viento fuerte, terreno escarpado y muchos ojos vigilando. Pero tras una aproximación cuidadosa, Pedro detecta el macho adecuado. Aunque Azahara no llega a ver su trofeo, confía en el ojo experto de su compañero y ejecuta un disparo certero. El arruí cae con firmeza: un macho espectacular, con unas bases que pelearán medalla de plata.

El Sako 90 Adventure, a prueba en montaña

El vídeo se convierte también en review práctica de este nuevo rifle finlandés. El Sako 90 Adventure cumple sobradamente en las exigencias del rececho montañero: culata de fibra de vidrio reforzada con carbono, acción de acero inoxidable recubierta con Cerakote, cañones martillados en frío, gatillo ajustable sin herramientas, carrillera regulable y un encare que transmite seguridad desde el primer momento.

Azahara lo resume con claridad: «Es un rifle que te da confianza. No tiene retroceso, no da miedo, y eso al final te da precisión».

Una pareja entregada al arruí

La jornada culmina con el despiece del animal, que no puede ser porteado entero por la zona donde ha caído. Extraen toda la carne a pulso, sin ayuda, reforzando la imagen de una pareja que ha dejado su tierra para dedicarse por completo a la caza y gestión del arruí. La prueba del rifle ha sido un éxito, y a partir de ahora será una herramienta más en su arsenal para guiar recechos tan técnicos como el vivido.

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