De berrea en las montañas de León

Un duelo en la niebla: el viejo guerrero de las montañas de León

Una espera tensa bajo la lluvia, una decisión que no admite error y un protagonista de más de una década de vida salvaje: así arranca esta intensa jornada de caza en las sierras bravas de León.

Después de una temporada anterior en la que la suerte no estuvo de su lado, el cazador regresa a estas montañas decididamente más sabio y paciente. La berrea del ciervo rojo (Cervus elaphus) está en su apogeo, y aunque esta vez no cuentan con un equipo profesional de grabación, la emoción por compartir la experiencia junto a Fernando y su padre es mayor que nunca.

El plan es sencillo en apariencia, pero cargado de simbolismo: el protagonista llevará el arco, su padre el rifle, y entre ambos intentarán darle sentido a esos días de espera, humedad y frío. Un rifle Bergara en calibre .270 Winchester y balas Hornady Precision Hunter ELD-X de 145 grains serán la herramienta clave para el disparo definitivo.

Un cazador, un padre y un ciervo que ha sobrevivido a todo

En los primeros días, la climatología complica la búsqueda: niebla espesa, lluvia persistente y el silencio de los montes ralentizan la berrea. A pesar de todo, comienzan los avistamientos: uno, dos, hasta tres ciervos aparecen, pero ninguno parece ser el viejo guerrero que buscan.

La estrategia se basa en la observación y en la ética: no se trata de disparar al primero que aparece, sino de seleccionar con criterio. Evaluar el cuerpo antes que la cuerna, valorar la edad antes que la espectacularidad. Es en ese momento cuando surge un gesto que define el espíritu del vídeo: el joven cazador deja a un lado su arco y cede el turno a su padre. «Este es tu lance», parece decir sin palabras.

Y entonces ocurre. Desde lo alto de unas rocas, un ciervo emerge entre la niebla. Está a unos 300 metros, una distancia exigente. El animal se mueve entre ramas y sombras, pero finalmente se abre un hueco. El primer disparo es certero. El segundo, prudente. El viejo ciervo cae tras unos metros. Cuando lo examinan, el veredicto es claro: una bestia curtida por los años, con bases macizas y desgaste evidente, un superviviente del monte.

Un legado entre montañas

La caza en este vídeo no se presenta como una acción aislada ni como un trofeo más. Es un lance construido sobre el respeto, la espera y el vínculo entre generaciones. Un homenaje silencioso a los animales viejos, a los que han sobrevivido batidas, inviernos y sequías. A los que se ganan, con años y astucia, el derecho a ser recordados.

Un viejo guerrero ha caído, pero la historia que deja es más grande que sus cuernas.

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