El proyecto Coturnix ya es historia viva del seguimiento de fauna en Europa. Lo que comenzó en 2020 como una iniciativa impulsada desde el corazón del mundo cinegético español se ha convertido, cinco años después, en el mayor proyecto de monitorización de codorniz común de todo el continente. Detrás están miles de cazadores, un método puntero que rompe con el pasado y una comunidad científica que ha sabido trabajar en equipo con el campo.
Mientras algunos estudios sobre fauna siguen atascados en metodologías del siglo pasado, Coturnix ha cambiado las reglas del juego. Lo ha hecho con datos. Con ciencia real. Y con una implicación inédita de quienes más cerca están del campo: los cazadores. Hoy, Coturnix no solo se consolida en España, sino que otros países quieren copiar su modelo. Y no es casualidad.
No es un censo más: el secreto del Método SEC
Hasta hace poco, censar codornices era como buscar una aguja en un pajar. Se usaban métodos pasivos, como el SACRE de SEO BirdLife, que no están pensados para una especie tan particular como la codorniz. El resultado: datos inexactos, subestimaciones, decisiones mal fundamentadas.
La clave del proyecto está en el llamado Método SEC (Seguimiento Específico de Codorniz). Fue desarrollado por la Universidad de Barcelona y no se limita a contar pájaros desde lejos. Se hace seguimiento activo de machos cantores en diez puntos fijos cada semana, se capturan, se anillan, se estudian por clases de edad… Y todo esto desde que arranca la reproducción hasta la cosecha del cereal. No hay nada igual en Europa.
Hoy hay 31 zonas SEC activas en siete comunidades autónomas. Pronto serán 54. Se hace con dinero del propio proyecto y también con financiación de administraciones que ven, por fin, datos fiables para gestionar bien.
FACE y media Europa ya están mirando hacia España
Que venga gente de Francia, Italia, Croacia o Portugal a ver cómo lo hacemos aquí no es habitual. Pero ha pasado. En los últimos días, una delegación internacional promovida por FACE ha estado en Castilla y León viendo cómo funciona el método SEC. ¿El objetivo? Exportarlo.
Pero lo más increíble es quién está detrás. Porque no son burócratas en despachos, ni observadores con prismáticos desde la ciudad. Son más de 5.000 cazadores quienes están enviando censos, recogiendo alas y colaborando cada día desde el terreno. Desde 2020, se han analizado más de 65.000 muestras.
Gracias a esa implicación, Coturnix ha demostrado que la caza bien entendida es una aliada de la conservación. Hoy las decisiones se toman con datos sólidos, no con suposiciones. Y la codorniz, una especie que hasta ahora era una incógnita, empieza a revelar sus secretos.
¿Lo mejor? Esto acaba de empezar. Y España, por primera vez, marca el camino en Europa.