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Reclamo de corzo.

El mejor truco para cazar corzos en celo: por qué el reclamo funciona mejor en las horas de más calor

En pleno mes de julio, cuando el celo del corzo (Capreolus capreolus) alcanza su punto álgido, muchos cazadores intentan aprovechar las primeras horas del día para atraer a los machos mediante el reclamo. Sin embargo, según explica Pedro Ampuero en un completo vídeo publicado en su canal de YouTube, esta puede no ser la mejor estrategia.

El vídeo, grabado junto a Rafa Sánchez, director de la finca El Sauceral, recopila los consejos fundamentales para practicar con éxito esta modalidad de caza en uno de los momentos más intensos del calendario cinegético.

Aprovecha el calor: así se comporta el corzo durante el celo

Uno de los principales aprendizajes que deja el vídeo es que el mejor momento para reclamar no es el amanecer, como se suele pensar, sino las horas centrales del día. Es entonces cuando los corzos están tumbados, más relajados, y reaccionan con mayor rapidez ante un sonido inesperado.

El vídeo desgrana los cuatro sonidos básicos del reclamo: el de la cría, el contacto de la hembra, la hembra en celo y la hembra acosada. Cada uno tiene su momento y se pueden combinar en secuencias de 10 a 20 minutos, alternando llamadas con pausas estratégicas. El objetivo: simular la presencia de una corza receptiva y provocar la entrada del macho.

Además, se insiste en la importancia de elegir zonas boscosas, donde los corzos se sienten más seguros, y de controlar perfectamente el viento para que no detecten la presencia del cazador.

El uso de siluetas en la caza con arco

Un aspecto especialmente útil para quienes cazan con arco es el uso de siluetas como distracción visual. Los corzos localizan con mucha precisión el punto exacto desde el que proviene el sonido del reclamo, por lo que colocar una silueta a cierta distancia permite que el cazador, oculto, pueda abrir el arco sin ser detectado. No actúa como señuelo, sino como elemento de engaño visual.

Este tipo de caza requiere concentración, conocimiento del comportamiento animal y una gran dosis de paciencia, pero ofrece uno de los lances más intensos y emocionantes del verano cinegético.

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