Año tras año, la paloma torcaz amplía su presencia en el campo español sin necesidad de planes de gestión específicos. Goza del periodo hábil más amplio, un hábitat muy variado y una media de capturas alta. Para lograr buenas tiradas en media veda es fundamental contar con un entorno en el que la especie nidifique y encuentre alimento, aunque las mejores zonas de paso pueden estar lejos de los comederos, bebederos o dormideros principales. La clave está en localizar los pasos de vuelo habituales entre estos puntos, que suelen ser estrechos, regulares y muy transitados en ciertos tramos del día.
Las rutinas diarias de la torcaz son muy marcadas. Desde primera hora de la mañana acuden a los comederos, a media mañana se dirigen a zonas de sesteo y, por la tarde, vuelven a alimentarse antes de entrar a dormir. En base a ello, es un error habitual situar los puestos en los comederos o en los dormideros, lo que puede afectar a futuras jornadas. Lo correcto es identificar los pasos intermedios y montar el puesto allí, tras haber realizado varias observaciones en los días previos. Además, es importante tener en cuenta la cadencia de paso: no es lo mismo una bandada compacta que un goteo constante, lo que condicionará también la estrategia de cobro.
Elección del puesto y desarrollo del lance
La orientación del puesto es clave. Si se caza por la mañana, debe colocarse al oeste del arbolado, de forma que la sombra proteja al cazador del sol naciente; si se caza por la tarde, al este. En cuanto al camuflaje, los puestos naturales son los más eficaces, aunque también pueden utilizarse redes, carrizos o materiales sintéticos según lo permita el terreno. Una vez en el sitio, conviene mantenerse agachado hasta que la torcaz entre en distancia y nunca cambiar de objetivo si aparece otra más cerca durante el lance.
En lo que respecta al cobro, lo ideal es contar con un ayudante o un buen perro, aunque en caso de no tenerlos, la decisión dependerá de la intensidad del paso. Si la entrada de palomas es espaciada, puede cobrarse sobre la marcha. Si es continua, conviene esperar a que baje el ritmo, informando antes a los puestos vecinos. Las torcaces abatidas deben colocarse lejos del puesto, ya que su olor atraerá rápidamente a las avispas, con el consiguiente riesgo de picaduras.
Armas, cartuchos y experiencia acumulada
En cuanto al equipo, cada cazador tiene sus preferencias. Algunos optan por semiautomáticas por su facilidad de recarga y menor sobrecalentamiento en tiradas intensas. Otros, como el autor del artículo original, mantienen la fidelidad a la escopeta paralela, pese a su menor comodidad en puestos cerrados y el calor que pueden alcanzar los cañones. Municiones como el plomo del 8 y cargas de 32 gramos resultan eficaces si se acompañan de una buena elección de choke y una ejecución precisa.
La paloma torcaz es una especie agradecida, que permite disfrutar de jornadas exigentes y vistosas en la media veda, siempre que se respeten sus rutinas y se cace con responsabilidad. Elegir bien el paso, preparar el puesto con cabeza y no cometer errores básicos marcan la diferencia entre una jornada discreta y una de esas que quedan para el recuerdo.