Con la luna por testigo | Capítulo 3

Una noche marcada por la frustración, la memoria y el vínculo entre generaciones

En este nuevo capítulo de Con la luna por testigo, Rubén vuelve al puesto con un objetivo entre ceja y ceja: dar caza a un macareno viejo y desconfiado, que ya le había dejado con la miel en los labios en la entrega anterior. Pero esta vez, el protagonista no solo busca saldar una cuenta pendiente: también carga a hombros el peso simbólico de la tradición familiar, con el rifle que un día le prestó su tío Rufino para cazar su primer jabalí.

Un arma con historia… y un cazador con cicatrices

El relato arranca con tensión. Aparece un gran jabalí cubierto de barro, probablemente un alfa, pero el arma falla en el momento decisivo. A pesar de la rabia y la frustración, Rubén no se rinde. Recupera fuerzas en su pasión por la caza y decide volver a intentarlo con el rifle prestado. Un arma que no solo dispara, sino que une generaciones, como recuerda Rufino al evocar la noche en que su sobrino abatió su primer cochino con ella.

Cuando el macareno manda

A lo largo del vídeo, Rubén y sus compañeros comparten anécdotas sobre la astucia de los viejos macarenos: animales que bufan antes de entrar, que esperan que la piara cruce primero, que cambian de entrada sin lógica aparente. Cada ejemplar plantea un reto nuevo. Por eso, cada espera es más que un lance: es una prueba de paciencia, estrategia e intuición.

El disparo, la duda y la noche en vela

En la fase final, Rubén se enfrenta al que cree que es el jabalí alfa. Dispara, pero al acercarse no encuentra sangre. Afloran las dudas. Se conecta al monocular térmico, revisa las imágenes y pasa la noche entre sueños confusos y nervios. Finalmente, Pepe, su inseparable perro, localiza el rastro a pesar de la lluvia. El cochino ha sido tocado.

Caza con raíces, con futuro y con la luna como testigo

El vídeo concluye con una poderosa reflexión sobre el verdadero significado de la caza: compartir, transmitir, crecer. Rubén valora no solo el trofeo, sino poder criar a su hijo en un entorno donde la naturaleza y la tradición se dan la mano. Porque más allá de la pieza, quedan los recuerdos, las lecciones y las noches que nunca se olvidan.

Compártelo

Relacionadas

Scroll al inicio