Una vecina de la zona, Ainara Castillo, ha denunciado que desde hace meses encuentra cadáveres de animales atrapados en un tramo del canal de Navarra, cerca del pantano de Alloz. Según relata, cada semana se topa con corzos, jabalíes y perros muertos, documentando la situación con vídeos y fotografías. El problema se concentra entre el pantano y la central hidroeléctrica, donde los animales que caen al canal son arrastrados hasta la central, que periódicamente abre compuertas expulsando cuerpos, algas y residuos hacia el río Salado.
Una rampa ineficaz y riesgos sanitarios
Aunque existe una rampa para que los animales puedan salir, su diseño defectuoso impide su funcionalidad. Castillo señala que la rampa está demasiado inclinada, resbala, carece de escalones y, en ocasiones, no hay suficiente agua para que los animales lleguen hasta ella. En lugar de ser una vía de escape, se ha convertido en el lugar donde muchos mueren agotados o ahogados.
La situación se agrava porque el agua del canal se utiliza para regadíos, lo que plantea un riesgo de contaminación biológica debido a la descomposición de los cuerpos en el río. Castillo describe que los restos se acumulan en zonas de ramas, descomponiéndose y generando un olor insoportable.
Llamado a la acción
La comunidad local ha comenzado a alertar sobre el problema, que podría tener implicaciones legales y medioambientales si no se toman medidas. La situación ha sido reportada por Jara y Sedal, que destaca la urgencia de abordar esta problemática para proteger la fauna y garantizar la seguridad sanitaria en la región.