El Ayuntamiento de Hecho ha vuelto a suspender las batidas de caza en el coto HU-10469-M, después de que se confirmara la presencia de la osa Claverina y su cría en los montes situados entre Ansó y Hecho. La decisión, según informa el Diario del Alto Aragón, ha sido comunicada a través de un bando municipal que prohíbe expresamente las batidas en las zonas afectadas.
La resolución llega tras varios días de seguimiento por parte del servicio de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, cuyos técnicos detectaron nuevos indicios de presencia de osos en el entorno. Aunque no se dispone de señal GPS de los ejemplares —el collar de Claverina dejó de emitir hace años—, las cámaras de fototrampeo captaron imágenes recientes de la osa y su osezno, el primero nacido en el Pirineo altoaragonés en los últimos 50 años.
Un seguimiento complicado y medidas repetidas
No es la primera vez que se produce una suspensión de este tipo en el valle. Según recoge el mismo medio, al menos dos restricciones similares se decretaron el año pasado, ante la presencia de osos en las mismas sierras. El monte, muy seco en estas fechas, dificulta el seguimiento mediante huellas, pero los técnicos también trabajan con rastros de pelo y otros indicios para delimitar la zona de paso de los plantígrados.
Desde el Ayuntamiento de Hecho aseguran acatar la medida, aunque muestran su disconformidad con la gestión que se está llevando a cabo. Han remitido varias cartas de queja al Gobierno de Aragón, reclamando fórmulas de convivencia que permitan compatibilizar la actividad cinegética con la conservación de la especie. Consideran que la población de osos ha crecido de forma considerable en los dos últimos años, y que es necesario un protocolo más claro que evite la repetición constante de vedas parciales que afectan al normal desarrollo de la temporada de caza.
La convivencia, un reto en el Pirineo aragonés
En los valles occidentales del Pirineo aragonés, la presencia del oso es ya una realidad estable, aunque todavía rodeada de tensión entre los vecinos, ganaderos y cazadores, que piden una gestión equilibrada y transparente. Claverina, introducida en 2018 desde Francia, se ha convertido en un símbolo del regreso del oso al Alto Aragón, pero también en el epicentro de un debate sobre el modelo de conservación y la convivencia en el medio rural.

