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Puma con arco en México

PUMA-MEXICO

Un lance salvaje y sorprendente en los desiertos de México

Pedro Ampuero se adentra en uno de los desafíos más inesperados y extremos de su trayectoria como cazador con arco: el rececho de un puma (Puma concolor) en las zonas más agrestes del norte de México. Una aventura que no estaba en sus planes, pero que acaba convirtiéndose en una de las más intensas, formativas y emocionantes que ha vivido hasta ahora. Caza de gestión, perros de rastro, terreno seco y hostil… y, al final, una de las carnes silvestres que más le ha sorprendido en su vida.

Caza con perros en terreno seco: aprender el método

Todo arranca con una llamada de su amigo Chente, quien le ofrece una oportunidad única: participar en una cacería de gestión autorizada para controlar el exceso de pumas en un rancho privado. En esta zona, los leones de montaña causan estragos tanto en el ganado como en la fauna silvestre, especialmente sobre venados cola blanca (Odocoileus virginianus), pecaríes de collar y guajolotes salvajes (Meleagris gallopavo).

Pedro no lo duda. Lo que más le atrae no es el trofeo, sino ver cómo trabajan los perros, cómo se rastrea un animal tan esquivo y cómo se organiza una caza que depende por completo del olfato y la intuición de la jauría. Son varios días subiendo y bajando cerros, con esperanzas que van y vienen. Hasta que, de pronto, los perros se excitan, ladran y el lance se precipita.

Un disparo con arco en el momento justo

El puma ha sido localizado y se encuentra encaramado a un árbol. En cuanto siente al grupo, salta al suelo. Pedro se posiciona, ajusta su arco y lanza una flecha precisa y certera. El animal cae. La tensión se disuelve en emoción y respeto. Pedro no oculta su admiración por el equipo humano y animal que ha hecho posible la escena, en especial por el trabajo impecable del guía Alejandro y su jauría, auténticos protagonistas de esta historia.

¿Y si el puma supiera mejor de lo que pensamos?

Lejos de acabar con el abate, Pedro propone llevar la experiencia más allá: cocinar y probar la carne de puma. En una cata a ciegas junto a venado Coues, grulla canadiense (Grus canadensis) y ganso de las nieves, la carne del león de montaña sorprende a todos por su ternura y sabor, y se convierte en una de las favoritas.

Pedro reflexiona sobre los prejuicios que tenemos como cazadores y como comensales. Vemos un animal bello, salvaje y majestuoso, y automáticamente asumimos que no se come. Pero la realidad es otra. Y solo se descubre si uno se atreve a probar.

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