La decisión de devolver la competencia sobre los perros de caza al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha sido recibida con alivio por parte del colectivo rehalero. Según los asistentes al primer Consejo Estatal de Protección Animal, esta reubicación implica que la gestión deja de depender de la Dirección General de Derechos Animales, órgano creado bajo el impulso de Podemos durante la anterior legislatura.
Desde ARRECAL consideran que el cambio puede suponer un punto de inflexión tras años de desencuentros con un departamento cuya visión, aseguran, «no representaba la realidad del campo ni el trabajo de los rehaleros». Su presidente, Felipe Vegue, celebró la noticia recordando que esta reclamación ha sido una constante desde el nacimiento de aquel organismo: «Inicialmente hay que valorar esta decisión en buenos términos, ya que es algo que ARRECAL viene reivindicando desde hace años».
Contacto directo con el Ministerio
Tras conocerse el cambio, ARRECAL ha iniciado contactos con los responsables del MAPA para trasladar sus prioridades y propuestas. El objetivo es elaborar una hoja de ruta conjunta que permita avanzar hacia un régimen especial para los perros de caza, con reconocimiento expreso de su papel en la gestión de las poblaciones cinegéticas.
«El objetivo final es trabajar de forma conjunta para lograr un régimen especial que reconozca la importancia de los perros de rehala en el control poblacional», señaló Vegue.
La asociación recuerda que la Estrategia Nacional de Gestión Cinegética, impulsada por el propio Ministerio, ya reconoce la necesidad de adaptar la legislación a las particularidades del sector. En esa línea, los rehaleros ven en este cambio competencial una oportunidad para armonizar la normativa con la realidad del campo y simplificar los trámites administrativos.
Demandas del sector rehalero
Entre las reivindicaciones que ARRECAL ha puesto sobre la mesa, destacan la reducción de la carga burocrática en cuestiones como la tenencia, transporte e instalaciones de los perros de rehala. Según el colectivo, los requisitos actuales resultan desproporcionados y dificultan la continuidad de una tradición esencial para la montería y la gestión rural.
Además, la asociación insiste en la necesidad de que España tenga voz propia en la elaboración de los futuros reglamentos europeos sobre animales de trabajo y de caza, de forma que se garantice la viabilidad de una actividad que forma parte del tejido social y económico del medio rural.
De la confrontación al diálogo
Con este cambio, ARRECAL confía en inaugurar una etapa de colaboración institucional que sustituya los enfrentamientos del pasado. «Queremos diseñar una hoja de ruta que, de una vez por todas, sea conveniente a los intereses de un sector que ha sido constantemente señalado y perseguido en los últimos años», subrayó Vegue.
El mundo cinegético observa ahora los primeros pasos del MAPA con cautela, pero también con esperanza. Si el nuevo marco se traduce en una regulación más sensata y consensuada, el sector rehalero podría dejar atrás una etapa de tensión política para centrarse en lo esencial: el papel fundamental de los perros de caza en la conservación y equilibrio del monte español.

