Guadalupe vibra con una jornada montería que une generaciones y valores cinegéticos
En el corazón de la provincia de Cáceres, la localidad de Guadalupe se convierte en el epicentro de una de las monterías más esperadas de la temporada. Organizada por Dehesas y Jarales, con Lolo de Juan y Jorge López Gamonal al frente, la segunda jornada de la temporada refleja la esencia pura de la montería española tradicional, donde se funden pasión, territorio y camaradería.
La víspera de la caza ya anticipa el ambiente especial: cena de hermandad, sorteo de puestos y reencuentro de cazadores que no son simples clientes, sino una familia. Aquí, la montería comienza mucho antes del primer disparo. El entorno, cargado de historia y con fincas abiertas de 2.500 hectáreas, respira autenticidad. La ética cinegética, la seguridad y el respeto al animal son pilares en cada indicación del guarda mayor, Luis Cervantes, que recuerda la responsabilidad de los cazadores.
Lances intensos y una mancha caliente que pone a prueba los nervios
Con el amanecer, llega la suelta. Perros en tensión, escopetas preparadas y el monte de Guadarranque a punto de ofrecer sus secretos. La mancha está caliente y los puestos colocados con estrategia. A las 10:20, comienza oficialmente la montería, y pronto se vive uno de los momentos más emocionantes del día: la entrada de un gran cochino en carrera que, tras varios disparos sin aparente impacto, cae a los 50 metros. El cazador narra el lance con la voz temblorosa y el corazón acelerado, dejando claro que esta modalidad no es solo cazar: es sentir.
El día avanza con nuevas emociones. Una guarra es respetada por el cazador en uno de los puestos, que decide no disparar pese a la cercanía, confiando en que la montería devolverá ese gesto. Más tarde, llega la recompensa: un cochinazo impresionante, abatido en uno de los puestos clave y celebrado con alegría y gratitud.
Más allá del trofeo: una experiencia compartida que deja huella
Finalizada la jornada, los cazadores colaboran en la recogida de reses y se reúnen de nuevo en la junta de carnes, donde las bromas, los chascarrillos y las fotos coronan un día memorable. El plantel, con venados, jabalíes y hembras, refleja el esfuerzo colectivo de postores, perreros, secretarios y cazadores.
El vídeo concluye con palabras de Jorge López Gamonal, que resume el alma de estas monterías: respeto, convivencia, oficio y futuro. No se viene a matar, sino a cazar; no se trata solo del resultado, sino del camino compartido. Y eso, en los valles de Guadarranque, se entiende desde hace generaciones.