Icono del sitio Cazaflix

Las cabras se mueren

SARNA-AMPUERO

Una caza de gestión entre dilemas éticos, animales moribundos y una amenaza imparable

En pleno corazón de las montañas, los protagonistas de este vídeo se enfrentan a una realidad dura y desgarradora: la sarna está diezmando poblaciones enteras de cabra montés (Capra pyrenaica). La cámara muestra sin filtros cómo esta enfermedad parasitaria transforma a un animal majestuoso en un ser consumido, debilitado y desorientado. No se trata de un lance épico ni de trofeos, sino de tomar decisiones difíciles por el bien del ecosistema.

El equipo, liderado por Pedro Ampuero y acompañado por un grupo de cazadores y gestores, recorre un terreno afectado por esta epidemia silenciosa. La sarna sarcóptica, transmitida originalmente por el ganado doméstico, se ha extendido sin control entre los ibex, afectando especialmente a los más débiles. Las hembras mayores y las crías son las más vulnerables, y en este caso, las que se convierten en objetivo por motivos de conservación.

Controlar para conservar: el verdadero rostro de la caza sostenible

La jornada pone sobre la mesa un dilema de gestión cinegética: si se abaten todos los infectados, se eliminan también los ejemplares que podrían haber desarrollado inmunidad. Pero si no se actúa, la enfermedad se expande sin freno, contagiada incluso por otros vectores como el zorro. Sin posibilidad de tratamiento masivo con ivermectina —como se hace en ganado—, la única solución viable es el equilibrio poblacional y la selección rigurosa.

En uno de los momentos más intensos del vídeo, el cazador abate a una hembra con sarna avanzada y a su cría, también infectada. La decisión es dolorosa, pero necesaria, como explican los protagonistas: no solo para evitar el sufrimiento, sino para frenar el contagio y preservar la salud de la población restante.

A lo largo del metraje, se insiste en que la caza, cuando se realiza con criterio y responsabilidad, es una herramienta clave de conservación. El equipo remarca que, aunque la enfermedad desfigura la piel, la carne sigue siendo apta para el consumo, siempre que se manipule con precaución.

Una hembra de casi 20 años y una lección que no se olvida

El vídeo culmina con el abatimiento de una hembra anciana, posiblemente de entre 18 y 20 años, ya sin cría y con un cuadro severo de sarna. Su estado físico evidencia que habría muerto en pocas semanas. Para los cazadores, es un acto de responsabilidad, no de gloria. No hay celebración, solo respeto y compromiso.

Este documental cinegético no busca justificar la caza, sino mostrar cómo la gestión bien aplicada puede salvar a una especie cuando la naturaleza ya no puede más. Un ejemplo real y crudo de por qué la caza no es solo un derecho, sino también una obligación ética cuando hablamos de conservación.

Salir de la versión móvil