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De berrea en Riaño

BERREA-RIAÑO

Terreno salvaje, emociones al límite y un tiro in extremis ponen el broche de oro a dos días inolvidables en los Picos de Europa

Una berrea vivida con el alma, entre niebla, lluvia y adrenalina. En esta entrega, nos adentramos en la reserva de caza de Riaño, un enclave salvaje en el norte de León, al pie de los Picos de Europa. Aquí, donde la naturaleza se impone con una belleza abrumadora, la caza del ciervo en berrea (Cervus elaphus) se convierte en una aventura extrema donde cada lance es una historia por sí sola.

La tradición de un cazador y el reto de la montaña

El vídeo nos presenta a Guillermo, un veterano cazador andaluz que lleva más de veinte años peregrinando a estas montañas. Desde sus primeras salidas con una escopetilla heredada hasta convertirse en un habitual de la cordillera, su relato aporta un valioso contexto humano. Junto al guarda Federico, se embarcan en una misión exigente: encontrar y abatir un gran venado en una de las zonas más duras y técnicas del norte peninsular.

Tras dividirse en dos grupos para cubrir más terreno, inician una subida por cordilleras pedregosas. La estrategia es sencilla: buscar altura, dominar visualmente el terreno y esperar a que los ciervos entren en movimiento con los últimos rayos de sol.

Un fallo técnico y una segunda oportunidad in extremis

En la primera jornada, con la luz cayendo, avistan tres venados y logran colocarse a solo 200 metros. Guillermo dispara… pero falla. Un error técnico imperdonable: olvidó ajustar el paralaje del visor. La frustración es evidente, y la noche obliga a posponer cualquier nuevo intento.

La mañana siguiente arranca con dudas, pero tras confirmar que el disparo fue errado y no hirió al animal, se reanuda la caza. El día avanza sin éxito y, justo cuando el tiempo empeora y una tormenta descarga sobre la montaña, la berrea se reactiva. En los últimos 30 minutos de luz, deciden arriesgar.

Suben deprisa, entre rayos y viento. Federico localiza un gran ciervo justo a tiempo. Guillermo, aún bajo la presión del día anterior, vuelve a disparar. El primer tiro lo hiere. El segundo lo abate. Un lance épico coronado por el esfuerzo y el compañerismo.

La recompensa de quienes lo dan todo por el campo

El vídeo termina con la recuperación del trofeo, la emoción desbordada y la reflexión final: la caza de alta montaña es tan dura como hermosa. Riaño exige cuerpo, cabeza y corazón. Y esta vez, ha merecido la pena cada paso.


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