Entre aullidos y silencio: un jabalí en la montaña gallega
En los montes húmedos y abruptos de Galicia, la caza se transforma en algo más que un desafío cinegético: se convierte en un pulso directo con lo salvaje. En el segundo episodio de «Sin Cobertura», Fernando se adentra en las sierras de Ourense para dar caza a un gran jabalí solitario (Sus scrofa), mientras la presencia del lobo (Canis lupus signatus) acecha en cada sombra. La aventura no solo pone a prueba su paciencia y resistencia, sino también su capacidad para mantener la calma en un entorno donde el tiempo parece acelerarse al sonido de un aullido.
Caza extrema en la sierra de Ourense
Fernando es un cazador que busca siempre lo más auténtico. Renuncia a las comodidades de un hotel para dormir en una tienda de campaña, armado únicamente con un rifle Ruger American Gen 2 Predator, prismáticos Bushnell R5 y un visor Bushnell Nitro. Su estilo es el de la caza extrema, aquella que se mide con la incertidumbre y que se alimenta de la soledad y el silencio.
El terreno gallego, más húmedo y exigente que las sierras leonesas, exige precisión y constancia. Las señales del jabalí están presentes en forma de hozaduras y árboles levantados, pero el verdadero reto es encontrar al viejo navajero en ese breve instante en el que aún queda luz suficiente para disparar. A ello se suma la presencia del lobo, cuyo aullido no solo despierta instintos primitivos, sino que también cambia el comportamiento de la caza mayor.
El encuentro con el gran solitario
La jornada se llena de espera, rastreo y recuerdos de encuentros pasados con los lobos. La tensión crece al caer la tarde, cuando Fernando divisa una silueta entre luces. No es la pieza buscada, y la decisión de no apretar el gatillo revela la ética que guía al cazador. Pero la montaña premia la paciencia: al día siguiente, el gran jabalí aparece. Macho adulto, de más de 90 kg y con la corpulencia propia de los cochinos curtidos en la lucha contra los lobos.
El disparo se produce con calma, tras comprobar la distancia con el telémetro. La emoción se desata al ver abatido un trofeo que rozará el bronce, un ejemplar que representa todo lo que significa la caza en este entorno: esfuerzo, espera y respeto por el animal.
La victoria en la soledad
El éxito no llega solo por el disparo. Fernando lo consigue gracias a su compañero silencioso, el Ruger, y a la óptica Bushnell, que le permite ver más allá de la penumbra. Pero, sobre todo, lo logra porque entiende que en la montaña gallega nada está asegurado: ni la querencia del jabalí, ni la seguridad de la noche, ni la compañía invisible del lobo.
En este episodio de «Sin Cobertura», la caza se presenta como una experiencia integral: es convivir con la incertidumbre, escuchar el aullido del lobo, esperar bajo la lluvia y confiar en el equipo cuando todo lo demás falla. Un viaje donde lo humano y lo salvaje se rozan en un susurro de viento entre los robledales.