Candela, el sabueso de Baviera, debuta en la nieve mientras su dueño vive una jornada salvaje tras los sarrios
Una cacería que va más allá del trofeo y se convierte en una experiencia emocional, física y cinegética. Así es el nuevo capítulo de Cinegetics, donde el protagonista nos lleva al límite en una caza de alta montaña con nieve, viento y mucha pendiente, acompañado por su sabuesa Candela, en su primer contacto con los sarrios (Rupicapra pyrenaica).
La jornada comienza en un bosque de pinos con claros, donde el guarda localiza una rebeca vieja, tirable. Las condiciones no ayudan: el viento sopla con fuerza y el terreno es incómodo incluso para los más acostumbrados. Además de grabar, el cazador debe estar pendiente de Candela, aún en proceso de entrenamiento, para que no interfiera en el trabajo del guarda.
Un lance duro y perfecto, en plena naturaleza salvaje
Finalmente, logran abatir una hembra vieja tras un disparo medido en un entorno extremo. Candela sigue el rastro, se excita al detectar la sangre y empieza a mostrar el instinto necesario para su futuro como sabuesa. Es el primer paso en una carrera que promete.
Al ir a cobrar la pieza, descubren que la rebeca tenía 17 años, un dato que convierte el lance en un hito cinegético. Su pequeño tamaño de cuerna queda en un segundo plano ante la edad avanzada del animal, prueba de una gestión responsable y del criterio selectivo del disparo.
Durante el descenso, encuentran también el cuerpo sin vida de un macho adulto, probablemente vencido por el invierno. Es el recordatorio de que la montaña impone su ley, y de que la caza, bien hecha, forma parte de su equilibrio.
Recompensa, respeto y mensaje final
En el último tramo de la jornada, la dureza del terreno pasa factura: caídas, pérdidas de material y tobillos reventados. Pero todo queda en anécdota frente a la emoción de una jornada tan completa. Como colofón, los buitres aparecen para cerrar el ciclo natural, aprovechando los restos del animal en un gesto que resume lo salvaje del entorno.
El vídeo finaliza con un mensaje de amor por la caza auténtica, libre y salvaje, una defensa de esta forma de vida frente a los que quieren prohibirla, y una invitación a buscar esos lugares «en los que el alma sonríe».