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Cazando con ciencia: La caza selectiva en Sierra de Cameros – Ep.4

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Berrea, lluvia y esfuerzo: el pulso salvaje de Cameros

Cinco días de rececho en la Reserva Regional de Caza Cameros-Demanda, en plena La Rioja, dan para mucho más que disparos y silencios. En el capítulo IV de Cazando con Ciencia, el espectador se sumerge en una jornada de caza selectiva de ciervos (Cervus elaphus) donde el tiempo, el terreno y los animales imponen sus propias reglas. Tras la devastación causada por la sarna en 2010, la población de ciervos ha recuperado parte de su esplendor. Pero ahora toca ajustar el equilibrio: identificar y extraer ejemplares que, por su edad, defectos físicos o baja calidad genética, no deben seguir perpetuando la especie dentro del plan de gestión de la reserva.

El vídeo nos lleva al corazón de esta labor. Desde las primeras luces del día, con la berrea resonando a escasos metros de la casa rural, el equipo se adentra en un paisaje de monte cerrado y sierras escarpadas. El guía local, Gustavo, y los protagonistas, armados con un rifle del calibre .270 y munición de 145 grains, recorren a pie las umbrías de Lumbreras en busca de los ciervos selectivos. El barro, la lluvia y el silencio tenso acompañan una espera que no siempre culmina en disparo.

Dos recechos, dos historias de gestión y respeto

El primer intento serio llega tras horas de acecho. Aparece un venado viejo y herido, marcado por una cojera evidente. A pesar de la cercanía, la densa vegetación impide un disparo limpio. Se decide esperar, pero la noche cae sin permitir el remate. Al día siguiente, y tras rodear un auténtico muro de maleza, localizan al animal a pocos metros de donde se efectuó el tiro. El impacto fue certero, y el abatimiento del ejemplar se convierte en un ejemplo de cómo la caza selectiva puede ser ética, técnica y beneficiosa para el ecosistema.

Días después, el grupo localiza a un segundo protagonista: «el coco», un ciervo selectivo con cuerda asimétrica y lesión en la pata. Tras varios intentos fallidos, y con un viento complicado, el cazador consigue finalmente un disparo efectivo a más de 270 metros. El ciervo cae. La tensión acumulada estalla en una emoción sincera. El esfuerzo ha valido la pena.

Caza, economía y biodiversidad: el motor oculto del monte

Más allá del rececho, el documental explica el valor que tiene la actividad cinegética para zonas despobladas como Lumbreras: genera turismo, empleo y arraigo. Los cazadores no solo llenan casas rurales, sino que dinamizan restaurantes, comercios y servicios. Además, se muestra cómo el aprovechamiento forestal del pino silvestre (Pinus sylvestris) y el control de especies invasoras como el visón americano (Neovison vison) se integran en un modelo de gestión sostenible.

La caza en Cameros no es solo una pasión: es una herramienta de gestión poblacional, desarrollo rural y conservación ambiental. Este capítulo demuestra que, cuando se hace con rigor y conciencia, la caza puede ser también ciencia.

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