Una especie en el punto de mira
El primer capítulo de Cazando con Ciencia, titulado «Arruí, el superviviente que vino del Atlas», nos sumerge en uno de los debates más tensos de la gestión faunística española. Este documental, grabado entre los montes semiáridos de Murcia y los fogones de La Soga, desmenuza la historia del arruí (Ammotragus lervia), un ungulado introducido en los años 70 con fines cinegéticos que acabó siendo condenado por el Tribunal Supremo como especie invasora en 2016, ordenando su erradicación incluso en Sierra Espuña, donde gozaba de una gestión histórica.
A través de un enfoque plural y riguroso, el equipo da voz a investigadores, gestores, cazadores, ecologistas y cocineros, abordando todas las aristas: desde su introducción por el zoólogo Antonio Valverde como medida conservacionista, hasta la actual controversia legal y medioambiental. Se expone cómo el arruí ha colonizado zonas donde especies autóctonas no podrían sobrevivir, generando nuevas preguntas sobre su papel ecológico real.
Caza selectiva, control poblacional… ¿o exterminio?
Durante la grabación, se realiza una jornada de caza selectiva con el objetivo de abatir un macho y una hembra, mientras los protagonistas comentan la escasez de recursos hídricos, la regresión agrícola y la necesidad de aportar agua y alimento suplementarios a la fauna. La caza es dura, el terreno hostil y los animales esquivos, pero finalmente logran abatir una hembra vieja y sin capacidad reproductiva, lo que refuerza el enfoque selectivo del proyecto.
Uno de los momentos más duros llega al abordar la gestión administrativa en Sierra Espuña, donde los planes de conservación siguen desactualizados desde los años 90. Según denuncian varios expertos, se han sacrificado más de 3.000 arruís sin aprovechar su carne, dejando los cadáveres en zonas de paso y generando problemas sanitarios y de imagen pública. Una gestión que muchos califican de errática, opaca y sin base científica clara.
Mientras tanto, la Fundación Artemisa, universidades como la Autónoma de Barcelona y la Politécnica de Madrid, y la Federación Murciana de Caza trabajan en un ambicioso proyecto para naturalizar al arruí en España. Una iniciativa sin precedentes que se enfrenta al escepticismo oficial, pero que busca salvar de la extinción local a un animal emblemático.
Gastronomía cinegética con alma de montaña
El capítulo concluye en la cocina, donde el chef Álvaro Madrid Galiana transforma la carne de arruí en platos como ensalada de lomo con verduras de la huerta murciana o arroz cremoso con crestas de gallo y carne mechada. Galiana explica que, al tratarse de una carne muy proteica y poco acuosa, requiere cocciones más largas, pero posee un sabor potente y muy versátil. Una forma más de dignificar al animal y cerrar el círculo de la caza responsable: del monte al plato.