Esta historia es mejor que la explique el propio Pedro Ampuero: «Un amigo vino de caza a España y recechamos una gran variedad de animales con el arco durante unos días. Tengo la suerte de vivir en un país con tanta variedad de oportunidades de caza, un gran lugar para iniciarse en la caza con arco. Comenzamos cazando la cabra montés de Beceite en Teruel, luego perseguimos unos muflones y acabamos cazando la emblemática cabra montés de Gredos. Tuvimos mucha suerte, con lances muy cercanos pero, a la vez, experimentamos la situación más desafortunada que le ha pasado a un cazador con arco en la historia…».