Un estudio publicado en la revista Emerging Infectious Diseases ha demostrado que los buitres leonados (Gyps fulvus) propagaron el virus H5N1 entre colonias de España y Francia durante un brote registrado en la primavera de 2022. Aunque apenas se produjeron muertes, los científicos alertan de que su capacidad para volar largas distancias sin mostrar síntomas los convierte en vectores silenciosos de la enfermedad.
Una propagación rápida y transfronteriza
La investigación, coordinada por el Grupo SaBio del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM) junto a más de veinte instituciones, ha demostrado que los movimientos naturales de los buitres facilitaron una rápida expansión del virus desde el centro de la península ibérica hasta el sur de Francia. El cruce de análisis virológicos, estudios serológicos y datos de GPS confirmó que algunos ejemplares recorrieron más de 400 kilómetros en apenas dos días, lo que, unido a un periodo de incubación de entre 3 y 5 días sin síntomas, permitió una diseminación inadvertida.
Una única introducción y un vector inesperado
El análisis genético reveló que todas las cepas pertenecían a un único clado, compartido con virus previamente detectados en aves acuáticas silvestres. Esto refuerza la hipótesis de que la introducción inicial del H5N1 no procedió de explotaciones avícolas, sino de reservorios naturales. Aunque los buitres no tienen acceso a granjas ni a canales de eliminación de cadáveres, el estudio confirma que pueden infectarse en el medio y convertirse en difusores pasivos de enfermedades emergentes.
Además, los datos de seguimiento GPS mostraron cambios en los patrones de movimiento de los buitres durante los meses del brote en comparación con los del año siguiente, lo que podría estar relacionado con la infección.
El buitre como centinela sanitario
El trabajo integra por primera vez el seguimiento por GPS con análisis virológicos para comprender un brote de gripe aviar en fauna silvestre. Los investigadores destacan que el buitre leonado, además de su papel ecológico como eliminador de carroñas, puede actuar como un bioindicador clave de la salud de los ecosistemas en un contexto de expansión global de enfermedades zoonósicas.
La conclusión es clara: la sanidad animal, la salud pública y la conservación de la biodiversidad están estrechamente vinculadas, y especies como el buitre leonado pu

